Después de 5 meses de mi divorcio con el gym, después de 180 días de inactividad, llega un momento de acercamiento y una especie de reconcialiación...
Como toda pareja que después de una gran pelea intenta empezar de nuevo, así retomo mi membresía en el gimnasio. Las motivaciones ya no son las mismas de aquella primera vez en que decidí pertener al club. Uno cambia. El gimnasio también cambia. Cambian los profesores, cambian las clases, cambia la gente... y uno solo debe adaptarse.
Rehén del isocrono uno (pregunten a Luis Amoroso qué significa esto), volvi al gimnasio del que alguna vez me apasioné, me desapació, me fui y ahora... vuelvo a empezar... Con el único objetivo de : MOVER el cuerpo! Porque la vida es movimiento y moverse, vivir.
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