El Step como todo en la vida, es sólo una cuestión de actitud. No son tanto las habilidades o destrezas que tengamos, sino la forma con que encaramos las distintas situaciones, barreras o problemas que se nos presentan en el día a día.
Afrontar por primera vez una clase de Step puede provocar dos reacciones: desistir o persistir. Y adoptar una u otra depende en gran medida de la actitud que cada uno decida elegir.
Aprender a subir y bajar de la plataforma es fácil, pero lleva tiempo. Están los que persisten. Muchos aceptan el desafío de atreverse, equivocarse, aprender y superarse. Así van progresando clase a clase y descubriendo la ciencia e ingenio que se esconde detrás de cada movimiento.
Otros, en cambio, deciden abandonar ante el primer escollo. Un paso básico, una rodilla elevo y la combinación de ambos se torna un obstáculo insoslayable. Una piedra en el camino. Se frustan, se anulan y no regresan más. Eligen desistir. No conciben que se pueda mejorar.
Es por ello que yo digo que la persona que se prende, se engancha, se adhiere, se aferra, se fascina, se embelesa, se contagia, se conecta, se enlaza, se liga, se casa y se abraza con el Step, debe tener una personalidad especial. Hay ingredientes en su carácter que la hacen persistir y le impiden desistir en esta vibrante tarea de aprender a subir y bajar.
¿Cuáles son esos ingredientes? ¿En qué consiste esa actitud? A mi modo de ver, existen cinco elementos básicos: 1. Gusto por el Desafío. 2. Tolerancia a la Frustración. 3. Oda al Error. 4. Reírse de uno mismo y 5. Perseverancia.
En primer lugar, al “stepper”*1, debe gustarle el desafío, asumirlo y enfrentarlo. Cada coreografía es un grito que te llega a tu oído diciéndote “a qué no te atreves” y cada profesor un mundo nuevo que te obliga a lanzarte a la aventura de explorarlo y descubrirlo.
En segundo lugar, el stepper debe tener una cuota elevada de tolerancia a la frustración. No se paraliza ante el primer tropezón. No se fastidia ante la primera equivocación. Si no sale, vuelve a repetirlo. Si cuesta, sigue esforzándose. Y si no tuvo suerte esta vez, al menos piensa que valió la pena intentarlo porque seguramente, otra vez será.
En tercer lugar, el stepper sabe que el mejor método de aprendizaje es el Ensayo - Error. La propia experiencia de equivocarse permite descubrir lo que se estaba haciendo mal para cambiar y probar una nueva técnica que posibilite hacerlo mejor. Si no es por un camino, será por otro. El error es un maestro y la vida es proceso permanente de contrastación de hipótesis.
En cuarto lugar, por esta misma cualidad de equivocarse, el stepper sabe que el mejor espíritu para el triunfo es aquel que le permite reírse de sí mismo. Es simpático meterse de lleno en el movimiento, hacer fluir los pasos en la coreografía, dejarse llevar por la música y de repente, darse cuenta que todo lo estábamos haciendo al revés. Quedamos a contramarcha de la clase. Como los “renegados” del mundo. Jajaja. No hace falta más que una feliz sonrisa para detenerse, reubicarse y continuar.
Por último, el stepper, necesita ser perseverante. Aprender Step es como estudiar un nuevo idioma. Primero comienzas a decir “hello”, conoces el paso básico. Con el “how are you” ya llegaste a la rodilla elevo o pasos de la segunda familia. Al decir “fine, thanks” ya aprendiste la secuencia y el bloque. El tiempo y la paciencia son grandes aliados en cualquier proceso de proceso de formación. Toda fruta para llegar a pasa necesita si o si pasar por el estadio de la maduración.
Desafío, Tolerancia, Ensayo y Error, Reírse de Uno Mismo y Perseverar. Esos son los cinco elementos para Persistir. Esa es la Actitud que hace falta para afrentar el Step. Esa es la Actitud que la vida pone a prueba a cada momento. Es por eso que, vuelvo a la frase inicial, no importan las habilidades ni las destrezas, “El Step como todo en la vida, es sólo una cuestión de actitud”.
*1 Llamaré Stepper: a la persona que practica step de manera habitual.
Afrontar por primera vez una clase de Step puede provocar dos reacciones: desistir o persistir. Y adoptar una u otra depende en gran medida de la actitud que cada uno decida elegir.
Aprender a subir y bajar de la plataforma es fácil, pero lleva tiempo. Están los que persisten. Muchos aceptan el desafío de atreverse, equivocarse, aprender y superarse. Así van progresando clase a clase y descubriendo la ciencia e ingenio que se esconde detrás de cada movimiento.
Otros, en cambio, deciden abandonar ante el primer escollo. Un paso básico, una rodilla elevo y la combinación de ambos se torna un obstáculo insoslayable. Una piedra en el camino. Se frustan, se anulan y no regresan más. Eligen desistir. No conciben que se pueda mejorar.
Es por ello que yo digo que la persona que se prende, se engancha, se adhiere, se aferra, se fascina, se embelesa, se contagia, se conecta, se enlaza, se liga, se casa y se abraza con el Step, debe tener una personalidad especial. Hay ingredientes en su carácter que la hacen persistir y le impiden desistir en esta vibrante tarea de aprender a subir y bajar.
¿Cuáles son esos ingredientes? ¿En qué consiste esa actitud? A mi modo de ver, existen cinco elementos básicos: 1. Gusto por el Desafío. 2. Tolerancia a la Frustración. 3. Oda al Error. 4. Reírse de uno mismo y 5. Perseverancia.
En primer lugar, al “stepper”*1, debe gustarle el desafío, asumirlo y enfrentarlo. Cada coreografía es un grito que te llega a tu oído diciéndote “a qué no te atreves” y cada profesor un mundo nuevo que te obliga a lanzarte a la aventura de explorarlo y descubrirlo.
En segundo lugar, el stepper debe tener una cuota elevada de tolerancia a la frustración. No se paraliza ante el primer tropezón. No se fastidia ante la primera equivocación. Si no sale, vuelve a repetirlo. Si cuesta, sigue esforzándose. Y si no tuvo suerte esta vez, al menos piensa que valió la pena intentarlo porque seguramente, otra vez será.
En tercer lugar, el stepper sabe que el mejor método de aprendizaje es el Ensayo - Error. La propia experiencia de equivocarse permite descubrir lo que se estaba haciendo mal para cambiar y probar una nueva técnica que posibilite hacerlo mejor. Si no es por un camino, será por otro. El error es un maestro y la vida es proceso permanente de contrastación de hipótesis.
En cuarto lugar, por esta misma cualidad de equivocarse, el stepper sabe que el mejor espíritu para el triunfo es aquel que le permite reírse de sí mismo. Es simpático meterse de lleno en el movimiento, hacer fluir los pasos en la coreografía, dejarse llevar por la música y de repente, darse cuenta que todo lo estábamos haciendo al revés. Quedamos a contramarcha de la clase. Como los “renegados” del mundo. Jajaja. No hace falta más que una feliz sonrisa para detenerse, reubicarse y continuar.
Por último, el stepper, necesita ser perseverante. Aprender Step es como estudiar un nuevo idioma. Primero comienzas a decir “hello”, conoces el paso básico. Con el “how are you” ya llegaste a la rodilla elevo o pasos de la segunda familia. Al decir “fine, thanks” ya aprendiste la secuencia y el bloque. El tiempo y la paciencia son grandes aliados en cualquier proceso de proceso de formación. Toda fruta para llegar a pasa necesita si o si pasar por el estadio de la maduración.
Desafío, Tolerancia, Ensayo y Error, Reírse de Uno Mismo y Perseverar. Esos son los cinco elementos para Persistir. Esa es la Actitud que hace falta para afrentar el Step. Esa es la Actitud que la vida pone a prueba a cada momento. Es por eso que, vuelvo a la frase inicial, no importan las habilidades ni las destrezas, “El Step como todo en la vida, es sólo una cuestión de actitud”.
*1 Llamaré Stepper: a la persona que practica step de manera habitual.
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